La química verde consiste en replantearse cómo diseñamos y producimos los ingredientes cosméticos, con el objetivo de minimizar el impacto medioambiental y mejorar la seguridad a lo largo de toda la cadena de suministro. Se centra en:
- Materias primas renovables: uso de materias primas de origen vegetal o natural.
- Ingredientes biodegradables: garantizan que las formulaciones se descomponen de forma segura en el medio ambiente.
- Procesos energéticamente eficientes: reducción del consumo energético y las emisiones durante la producción.
- Minimizar las sustancias peligrosas: evitar los disolventes tóxicos, los subproductos y los residuos.
- Bioprocesos como la fermentación y la síntesis enzimática: aprovechamiento de la biotecnología para crear ingredientes de alto rendimiento mediante métodos limpios y de bajo impacto.
Estos principios respaldan el desarrollo de productos de belleza y cuidado personal que satisfacen las expectativas de los consumidores en materia de transparencia, seguridad y sostenibilidad sin comprometer el rendimiento.